Los gendarmes quisieron detenerla.... Pero ella los miro
con tanta mansedumbre; era tan inofensiva su actitud; era su
presente tan tierno y carinoso; inspiraba su edad tanto respeto;
habia tal verdad en aquel acto de devocion; significaba tanto,
30 en fin, aquel siglo pasado, fiel a sus creencias, que venia a
saludar al Vicario de Jesucristo en medio de su calle de Amargura,
[52-4] que los soldados de la Revolucion y del Imperio comprendieron
o sintieron que aquel anacronismo, aquella caridad de otra
epoca, aquel corazon inerme y pacifico que habia sobrevivido (p53)
casualmente a la guillotina, en nada aminoraba ni deslucia los
triunfos del conquistador de Europa, y dejaron a la pobre mujer
del pueblo entrar en aquel afortunado portal, que ya nos habia
traido a la memoria otro portal, no menos afortunado, donde
05 unos sencillos pastores hicieron tambien ofrendas al Hijo de
Dios vivo....
Comenzo entonces una interesante escena entre la cristiana
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