20 Luego[94-3] acabaras de lavarte, que bien lo necesitas, y puede que
entonces te juzgue merecedora de algo mejor que la paliza diaria
con que te demuestro mi carino. Por de pronto,[94-5]
sinvergueenzona,[94-6] dejate de monadas y enterate bien de lo que
voy a decirte.
25 La mora, que, lavada y peinada, resultaba mas joven y artistica,
aunque no menos fea que antes, se relamio como una gata,
clavo en _Manos-gordas_ los dos carbunclos que le servian de ojos,
y dijole, mostrando sus blanquisimos y anchos dientes, que nada
tenian de humanos:
30 --Habla, mi senor; que tu esclava solo desea servirte.
_Manos-gordas_ continuo:
--Si desde este momento en adelante llega a ocurrirme alguna
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