--iNo hay remedio!--dijose por remate de largas reflexiones.--iTengo
que confiarme al _renegado_ ben-Munuza! El es
espanol, y su compana[94-1] me librara de todo peligro en aquella
tierra. Pero como no existe bajo la capa del cielo un hombre
10 de peor alma que el tal renegado, no me estara de mas[94-2] tomar
algunas precauciones.
Y en virtud de esta cavilacion saco del bolsillo avios de escribir,
redacto una carta, pusole el sobre, pegolo con un poco de
pan mascado, y echose a reir de una manera diabolica.
15 En seguida fijo los ojos en su mujer, que continuaba haciendo
la policia de todo un ano a costa de la limpieza fisica y...
moral del malaventurado arroyuelo, y, llamandola por medio de
un silbido, dignose hablarle de este modo:
--Cara de higo chumbo, sientate a mi lado y oyeme....
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