30 El caso fue, volviendo a mi relato, que el rostro del Papa
se cubrio de santo rubor al considerar nuestra desventura y
recordar el heroismo de que Espana estaba dando muestras al
mundo..., y que el mas puro entusiasmo chispeo en sus
amantisimos ojos....--iParecia que aquellos ojos nos besaban!
(p52)
Nosotros, por nuestra parte, comprendiendo toda la predileccion
que nos demostraba en aquel momento el Sumo Pontifice,
procurabamos expresarle con la mirada, con el gesto, con
la actitud, nuestra veneracion y piedad, asi como el dolor y la
05 indignacion que sentiamos al verlo preso y ultrajado por sus
malos hijos....--Casi instintivamente nos quitamos los morriones
(cosa que choco mucho a los franceses, los cuales seguian
con sus gorros[52-1] encasquetados), y nos llevamos la mano derecha
al corazon como quien hace[52-2] protestacion de su fe.
10 El Papa levanto los ojos al cielo y se puso a rezar.--iSabia
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