los otros embueltos en las olas, i medio ahogados en la Costa de la
misma Isla, sin que faltasen mas de los tres, que la Barca havia tomado
debaxo. Los que quedamos escapados, desnudos como nascimos, i perdido
todo lo que traìamos: i aunque todo valia poco, para entonces valia
mucho. Y como entonces era por Noviembre, i el frio mui grande, i
nosotros tales, que con poca dificultad nos podian contar los huesos,
estabamos hechos propria figura de la Muerte. De mì sè decir, que desde
el mes de Maio pasado, Yo no havia comido otra cosa sino Maìz tostado, i
algunas veces me vì en necesidad de comerlo crudo; porque aunque se
mataron los Caballos, entretanto que las Barcas se hacian, Yo nunca pude
comer de ellos, i no fueron diez veces las que comì pescado. Esto digo,
por escusar raçones, porque pueda cada vno vèr, què tales estariamos. Y
sobre todo lo dicho, havia sobrevenido viento Norte, de suerte, que mas
estabamos cerca de la muerte, que de la vida: plugo à Nuestro Señor, que
buscando los tiçones del fuego, que alli haviamos hecho, hallamos lumbre
con que hicimos grandes fuegos: i ansi estuvimos pidiendo à Nuestro
Señor misericordia, i perdon de nuestros pecados, derramando muchas
Page annotations:
Add a page annotation: