riega luego a mano con un jarro muy diminuto, como quien da
25 de beber a un nino.
Desde entonces hasta la recoleccion cuida diariamente una por
una las plantas que nacen en aquellos redondeles, tratandolas con
un mimo y un esmero solo comparables a la solicitud con que
las solteronas cuidan sus macetas. Un dia le anade a tal mata[68-8]
30 un punadillo de estiercol; otro le echa una chorreadita de
agua; ora las limpia a todas de orugas y demas insectos daninos;
ora cura a las enfermas, entablilla a las fracturadas, y
pone parapetos de cana y hojas secas a las que no pueden
resistir los rayos del sol o estan demasiado expuestas a los (p69)
vientos del mar; ora, en fin, cuenta los tallos, las hojas, las
flores o los frutos de las mas adelantadas y precoces, y les
habla, las acaricia, las besa, las bendice y hasta les pone
expresivos nombres para distinguirlas e individualizarlas en su
05 imaginacion.--Sin exagerar: es ya un proverbio (y yo lo he
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