muchos tiempos no la havia, i librarnos de tantos peligros, i no
permitir que nos matasen, i sustentarnos con tanta hambre, i poner
aquellas Gentes en coraçon, que nos tratasen bien, como adelante
dirèmos.
_CAP. XXI. De como curamos aqui vnos dolientes._
Aquella misma noche, que llegamos, vinieron vnos Indios à Castillo, i
dixeronle, que estaban mui malos de la cabeça, rogandole, que los
curase; i despues que los huvo santiguado, i encomendado à Dios, en
aquel punto los Indios dixeron, que todo el mal se les havia quitado: i
fueron à sus Casas, i truxeron muchas Tunas, i vn pedaço de carne de
Venado, cosa, que no sabiamos què cosa era; i como esto entre ellos se
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