desde las Lagunas, i tan à su salvo, que no los podiamos ofender, porque
metidos en ellas, nos flechaban, i mataron vn Señor de Tescuco, que se
llamaba D. Pedro, que el Comisario llevaba consigo, acordamos de partir
de alli, i ir à buscar la Mar, i aquel Pueblo de Aute, que nos havian
dicho; i asi nos partimos, à cabo de veinte i cinco dias, que alli
havianos llegado. El primero dia pasamos aquellas Lagunas, i palos, sin
vèr Indio ninguno: mas al segundo dia llegamos à vna Laguna de mui mal
paso, porque daba el Agua à los pechos, i havia en ella muchos Arboles
caìdos. Yà que estabamos en medio de ella, nos acometieron muchos
Indios, que estaban abscondidos detràs de los Arboles, porque no los
viesemos; otros estaban sobre los caìdos, i començaron nos à flechar, de
manera, que nos hirieron muchos Hombres, i Caballos, i nos tomaron la
Guia que llevabamos antes, que de la Laguna saliesemos; i despues de
salidos de ella, nos tornaron à seguir, queriendonos estorvar el paso,
de manera, que no nos aprovechaba salirnos à fuera, ni hacernos mas
fuertes, i querer pelear con ellos, que se metian luego en la Laguna, i
desde alli nos herian la Gente, i Caballos. Visto esto, el Governador
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