que les tocasemos, i santiguasemos; i eran en esto tan importunos, que
con gran trabajo lo sufriamos, porque dolientes, i sanos, todos querian
ir santiguados. Acontecia muchas veces, que de las Mugeres que con
nosotros iban, parian algunas, i luego en nasciendo nos traėan la
criatura ā que la santiguasemos, i tocasemos. Acompaņabannos siempre,
hasta dexarnos entregados ā otros; i entre todas estas Gentes se tenia
por mui cierto, que veniamos del Cielo. Entretanto que con estos
anduvimos, caminamos todo el dia sin comer hasta la noche; i comiamos
tan poco, que ellos se espantaban de verlo. Nunca nos sintieron
cansancio; i ā la verdad nosotros estabamos tan hechos al trabajo, que
tampoco lo sentiamos. Teniamos con ellos mucha autoridad, i gravedad, i
para conservar esto les hablabamos pocas veces. El Negro les hablaba
siempre: se informaba de los caminos que queriamos ir, i los Pueblos que
havia, i de las cosas que queriamos saber. Pasamos por gran numero, i
diversidades de Lenguas, con todas ellas Dios Nuestro Seņor nos
favoresciō, porque siempre nos entendieron, i les entendimos, i ansi
preguntabamos, i respondian por seņas, como si ellos hablāran nuestra
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